sábado, 23 de febrero de 2013

UN BIOHUERTO EN CASA!!!!!

I N T R O D U C C I O N

A mediados del siglo XX, cada campesino peruano tenía su propio huerto con el que se abastecía así mismo. No quedaba más remedio. Por la mañana temprano se oía cantar a los gallos por todas partes, pues casi todo el mundo criaba gallinas. Los niños volvían a casa de la escuela con los brazos cargados de hierbas que habían recogido por el camino para sus conejos. Casi todos los aldeanos tenían cerdos, pollos y conejos, que daban una enorme fertilidad a sus huertos, lo mismo que los desagües de las casas, pues en aquellos días no había alcantarillado. La mayoría de los granjeros daban a sus trabajadores una vez al año una o dos cargas de estiércol que servía para abonar el huerto. 




Estos huertos eran muy productivos y de una gran fertilidad. A nadie que entonces viviera en el campo se le hubiera pasado por la imaginación comprar verduras. Cuando subió el nivel de vida de la población y la creciente mecanización de la agricultura lanzó cada vez a más campesinos a las ciudades, la mayoría de estos excelentes huertos dejaron de existir. Las hortalizas ya no eran el factor vital y su lugar lo ocuparon muy pronto las malezas, quedando con frecuencia los antiguos huertos labrados con esmero, convertidos en verdaderos campos de desolación.
        Se inicia un nuevo siglo y la alimentación, como todo, es cada vez más cara, y se observa un renacer del huerto como fuente de autoabastecimiento. La gente se da cuenta que de ese modo puede ahorrar una parte importante de sus ingresos, que sus comidas saben mejor y que sus hijos crecen más sanos. Además, siempre es saludable un poco de ejercicio al aire libre y seguir de cerca el ciclo de las estaciones, buscando un modo de mantener y renovar nuestros lazos con la Naturaleza.





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