lunes, 4 de noviembre de 2013

Acuarela Limeña ( Parte II )

Los solares se repartieron entre los primeros vecinos, conquistadores y Ordenes Religiosas para que sirvieran de morada y de templos y conventos, futuros centros de convivencia, espiritualidad y enseñanza;......”

Al fundarse Lima, la parte baja de la banda derecha del Rímac, era zona de matorrales y cascajales.
Los indígenas o naturales del lugar, que allí vivían, se dedicaban a la pesca de camarones para su sustento; los españoles llamaron a estos “indios camaroneros”. Y el arrabal recibió su primera denominación de “pescadores camaroneros”.
La primera iglesia de Lima empezó a ser construida días después de la fundación de la ciudad. Cinco años más tarde, el 11 de marzo de 1540 se inauguró a un costado de la Plaza Mayor. Era una construcción modesta, con techos de paja y adobes.
En menos de una década sería destruida para levantar una segunda edificación más imponente que la primera, acorde con su designación de iglesia metropolitana.  Fue hecha de piedra y tampoco duró mucho, pues en 1604 se inició la construcción de una tercera iglesia que a la postre sería – más allá de los terremotos – la que permaneció en el tiempo. Está edificada sobre una antigua dacha con materiales indígenas y españoles. El desnivel que tiene la catedral es porque fue levantada sobre una antigua huaca. 
En 1560 por el altruismo del espadero español don Antón Sánchez se construye el hospital para leprosos de San Lázaro con iglesia adjunta, originándose la barriada que recibió el nombre de “Arrabal de San Lázaro”.
En 1595, el Ayuntamiento contempló la situación del barrio de San Lázaro, debido a que “algunas personas se habían metido en algunos sitios sin pagar y tenían solares. El Rimac, Barrio Limeño de Abajo del Puente reclama con justo derecho los blasones de “capital criolla” de la Capital del Perú.
 


Une su tradición a la inolvidable Micaela Villegas, más conocida “La Perricholi”. Las leyendas románticas tejidas en torno a su legendaria figura y el Virrey Amat y aún su discutido origen, pues mientras unos sostienen que fue huanuqueña hay quienes afirman que fue limeña, al punto se señala que fue bautizada en el Sagrario, en Lima. 

El Rimac cuenta como sus monumentos más importantes, los templos edificados con posterioridad al de San Lázaro como el de San Francisco de Paula en la calle Malambo, edificada en 1627, destruida por el terremoto de 1746 y reconstruída en 1748; la de Los Descalzos al final de la alameda de ese nombre, construida por San Francisco Solano, su primer guardián; la Capilla del Puente, cuya antigüedad es casi pareja con San Lázaro y la de San Lorenzo, cuya inauguración tuvo lugar en 1834, lo que la hace la más moderna.




Pero si hay algo que enraíza al Rimac con la historia de Lima, es la Plaza de Acho, escenario de tardes de toros memorables y en las que desplegaran sus capotes los más selectos de la torería de todos los tiempos.
La primera corrida de toros de Lima se llevó a cabo en la hoy Plaza Mayor al celebrarse la inauguración de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en el lugar que hoy ocupa la Catedral y en la que capeó el propio Conquistador Pizarro.

Las principales avenidas que hoy atraviesan la ciudad fueron caminos incas. El trazó de la Vía Expresa corresponde a la ruta inca que unía todos los CURACAZGOS, hasta PACHACAMAC. Un papel similar tenían los caminos sobre los que se construyeron la avenida Universitaria y el jirón Quilca.
Lima fue un valle próspero e importante, pero de la vida cotidiana aún se sabe muy poco.  “Es la ciudad de la que menos se sabe arqueológicamente”,  comenta María ROSTWOROWSKI. La mayoría de las casi 300 huacas que se conservan hasta hoy – centros religiosos, administrativos o viviendas de los curacas – no recibe la atención presupuestaria ni histórica que ayude a desentrañar los misterios de la vida cotidiana en la Lima del siglo XVI.




Se presume que la jefatura militar del valle de Lima se encontraba en ARMATAMBO ( CHORRILLOS). Los MITIMAES incas controlaban la economía y la política de estos valles. Todos los pobladores del valle cultivaban la tierra. Los españoles encontraron un valle verde y productivo regado por un río de aguas caudalosas.
Los que vivían cerca al mar pescaban productos marinos y juntaban GUANO para intercambiarlo, pues era cotizado para usarlo en el Valle, de ahí su productividad. Utilizaban embarcaciones artesanales fabricadas de totora y otras de cuero de lobo marino.
Las viviendas eran hechas de caña. Esta es la razón por la cual hoy no existan presencia de estructuras de viviendas, por que eran muy débiles. Las viviendas de la gente importante llevaban piedras en las paredes. Se presume que los techos eran de caña, paja o algún tipo de fibra vegetal. En PURUCHUCO hay indicios de salientes en las paredes para sostenerlos.
Las CHACRAS quedaban a los extremos de los canales. Los cultivos se ubicaban en los alrededores de los canales de riego. Los cultivos variaban según la zona, pero hay indicios de cosecha de lúcuma, chirimoya, yuca, frejol y algodón en la zona norte.


Ganadería: Se ha encontrado restos de camélidos, como alpacas.
Mi Lima a inicios del siglo XIX:

“Los galeones en sus largos viajes por los océanos llegan al Callao repletos de hombres nobles e hidalgos, unos aventureros, otros que vienen o a luchar por la vida, o con la idea de encontrar en las calles aquellos tesoros que les hablaba la leyenda de Jauja o de El Dorado... así fue Lima hasta 1810.
Lima estaba cruzada de acequias, por las que “no corren aguas puras, porque siendo de poca profundidad y el agua escasa, sólo se mantienen en ellas las aguas mayores y menores, con perjuicio de la salud y ruina de los edificios”. En tales épocas, las acequias representaban un tema de censura por los visitantes y extranjeros”...





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