Los
solares se repartieron entre los primeros vecinos, conquistadores y Ordenes
Religiosas para que sirvieran de morada y de templos y conventos, futuros
centros de convivencia, espiritualidad y enseñanza;......”
Al
fundarse Lima, la parte baja de la banda derecha del Rímac, era zona de
matorrales y cascajales.
Los
indígenas o naturales del lugar, que allí vivían, se dedicaban a la pesca de
camarones para su sustento; los españoles llamaron a estos “indios
camaroneros”. Y el arrabal recibió su primera denominación de “pescadores
camaroneros”.
La
primera iglesia de Lima empezó a ser construida días después de la fundación de
la ciudad. Cinco años más tarde, el 11 de marzo de 1540 se inauguró a un
costado de la Plaza Mayor. Era una construcción modesta, con techos de paja y
adobes.
En menos
de una década sería destruida para levantar una segunda edificación más
imponente que la primera, acorde con su designación de iglesia
metropolitana. Fue hecha de piedra y
tampoco duró mucho, pues en 1604 se inició la construcción de una tercera
iglesia que a la postre sería – más allá de los terremotos – la que permaneció
en el tiempo. Está edificada sobre una antigua dacha con materiales indígenas y
españoles. El desnivel que tiene la catedral es porque fue levantada sobre una
antigua huaca.
En 1560
por el altruismo del espadero español don Antón Sánchez se construye el
hospital para leprosos de San Lázaro con iglesia adjunta, originándose la
barriada que recibió el nombre de “Arrabal de San Lázaro”.
En
1595, el Ayuntamiento contempló la situación del barrio de San Lázaro, debido a
que “algunas personas se habían metido en algunos sitios sin pagar y tenían
solares. El Rimac, Barrio Limeño de Abajo del Puente reclama con justo derecho
los blasones de “capital criolla” de la Capital del Perú.
Une su
tradición a la inolvidable Micaela Villegas, más conocida “La Perricholi”. Las
leyendas románticas tejidas en torno a su legendaria figura y el Virrey Amat y
aún su discutido origen, pues mientras unos sostienen que fue huanuqueña hay
quienes afirman que fue limeña, al punto se señala que fue bautizada en el
Sagrario, en Lima.
El
Rimac cuenta como sus monumentos más importantes, los templos edificados con
posterioridad al de San Lázaro como el de San Francisco de Paula en la calle
Malambo, edificada en 1627, destruida por el terremoto de 1746 y reconstruída
en 1748; la de Los Descalzos al final de la alameda de ese nombre, construida
por San Francisco Solano, su primer guardián; la Capilla del Puente, cuya
antigüedad es casi pareja con San Lázaro y la de San Lorenzo, cuya inauguración
tuvo lugar en 1834, lo que la hace la más moderna.
Pero si
hay algo que enraíza al Rimac con la historia de Lima, es la Plaza de Acho,
escenario de tardes de toros memorables y en las que desplegaran sus capotes
los más selectos de la torería de todos los tiempos.
La
primera corrida de toros de Lima se llevó a cabo en la hoy Plaza Mayor al
celebrarse la inauguración de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en
el lugar que hoy ocupa la Catedral y en la que capeó el propio Conquistador
Pizarro.
Las
principales avenidas que hoy atraviesan la ciudad fueron caminos incas. El
trazó de la Vía Expresa corresponde a la ruta inca que unía todos los
CURACAZGOS, hasta PACHACAMAC. Un papel similar tenían los caminos sobre los que
se construyeron la avenida Universitaria y el jirón Quilca.
Lima
fue un valle próspero e importante, pero de la vida cotidiana aún se sabe muy
poco. “Es la ciudad de la que menos se
sabe arqueológicamente”, comenta María
ROSTWOROWSKI. La mayoría de las casi 300 huacas que se conservan hasta hoy –
centros religiosos, administrativos o viviendas de los curacas – no recibe la
atención presupuestaria ni histórica que ayude a desentrañar los misterios de
la vida cotidiana en la Lima del siglo XVI.
Se
presume que la jefatura militar del valle de Lima se encontraba en ARMATAMBO (
CHORRILLOS). Los MITIMAES incas controlaban la economía y la política de estos
valles. Todos los pobladores del valle cultivaban la tierra. Los españoles
encontraron un valle verde y productivo regado por un río de aguas caudalosas.
Los que
vivían cerca al mar pescaban productos marinos y juntaban GUANO para
intercambiarlo, pues era cotizado para usarlo en el Valle, de ahí su
productividad. Utilizaban embarcaciones artesanales fabricadas de totora y
otras de cuero de lobo marino.
Las
viviendas eran hechas de caña. Esta es la razón por la cual hoy no existan
presencia de estructuras de viviendas, por que eran muy débiles. Las viviendas
de la gente importante llevaban piedras en las paredes. Se presume que los
techos eran de caña, paja o algún tipo de fibra vegetal. En PURUCHUCO hay
indicios de salientes en las paredes para sostenerlos.
Las
CHACRAS quedaban a los extremos de los canales. Los cultivos se ubicaban en los
alrededores de los canales de riego. Los cultivos variaban según la zona, pero
hay indicios de cosecha de lúcuma, chirimoya, yuca, frejol y algodón en la zona
norte.
Ganadería:
Se ha encontrado restos de camélidos, como alpacas.
Mi Lima
a inicios del siglo XIX:
“Los galeones en sus largos viajes por los océanos llegan al Callao
repletos de hombres nobles e hidalgos, unos aventureros, otros que vienen o a
luchar por la vida, o con la idea de encontrar en las calles aquellos tesoros
que les hablaba la leyenda de Jauja o de El Dorado... así fue Lima hasta 1810.
Lima
estaba cruzada de acequias, por las que “no corren aguas puras, porque siendo
de poca profundidad y el agua escasa, sólo se mantienen en ellas las aguas
mayores y menores, con perjuicio de la salud y ruina de los edificios”. En
tales épocas, las acequias representaban un tema de censura por los visitantes
y extranjeros”...
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